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Revista Agropecuaria y Forestal APF 1(1): 7-8. 2012
Se observaron más de 100 nódulos por planta
en 7 especies (4 en suelo sin enmienda y 3 en
suelo con enmienda). Entre estas especies, las
de mayor nodulación (aunque estadísticamente
igual a las demás) fueron
C. fairchildiana
(183)
e
I. vera
(176
nódulos por planta), en el suelo
sin enmienda. En cuanto al comportamiento de
estas especies en el suelo Humatas, estos resul-
tados coinciden con Santana (2007). Este autor
reportó un promedio de 234.69 nódulos por plan-
ta para
C. fairchildiana
, 180
días después de la
siembra, y 110 para
I. vera
, 300
días después de
la siembra. Sin embargo, en el presente ensayo
C. fairchildiana
fue estadísticamente igual en el
suelo con enmienda y en el sin enmienda. Esto
no sucedió con
I. vera
que
fue la única con dife-
rencias entre los tratamientos con y sin enmien-
da. Esto sugiere que
I. vera
podría estar adapta-
da a suelos ácidos o que la especie de Rhizobio
nativo en el suelo y homólogo a
I. vera
es más
eficiente en el suelo no enmendado. El resultado
es consistente con el hecho de que
I. vera
es una
de las especies predominantes en las fincas de
café bajo sombra en Puerto Rico (Arango 2007).
Roskoski (1981), en evaluaciones de árboles de
I. vera
e
I. jinicuil
en una plantación en México,
no encontró nódulos en las raíces de la primera,
pero sí abundantes en la segunda.
Materia seca de los nódulos
El análisis de varianza de la materia seca de los
nódulos arrojó diferencias estadísticas significa-
tivas para la interacción enmienda por especie
(
p=0.0191), y entre especies (p<0.01). La ma-
teria seca promedio máxima se observó en las
plantas de la especie
P. indicus
.
Esta especie
respondió mejor al suelo sin enmienda (1.32 g).
Todas las demás especies respondieron igual en
el suelo enmendado y en el sin enmendar (Figu-
ra 3).
Mahmud
et al.
(2005)
reportaron materia seca
de nódulos de 1.14, 1.25 y 1.38 g en
A. procera
,
L. leucocephala
y
P. juliflora
,
respectivamente,
10
meses después de la siembra en tarros. En
el presente ensayo, los valores para
A. proce-
ra
(
con=0.47 g, sin=0.42 g) y
L. leucocephala
(
con=0.48 g, sin=0.46 g) son inferiores a los ob-
tenidos por estos autores, debido posiblemente
al tipo de suelo utilizado en ambos ensayos. El
suelo usado por Mahmud
et al.
(2005)
fue mode-
radamente grueso a fino, de gris a gris verdoso
y con un subsuelo areno limoso moderadamen-
te grueso. Sin embargo, independientemente de
la especie, y tomando en cuenta el tiempo, no
hubo diferencias entre este ensayo (1.32 g seis
meses después de la siembra) y el de Mahmut
et al.
(2005)
con 1.38 g diez meses después de
la siembra.
Figura 3. Materia seca de nódulos por planta de las leguminosas arbóreas. Sasa,
S. saman
;
Erpo,
E. poeppigiana
;
Anin,
A. inermis
;
Anpe,
A. peregrina
;
Alle,
A. lebbeck
;
Ency,
E. cyclocarpum
;
Lele,
L. leucocephala
;
Alpr,
A. procera
;
Clfa,
C. fairchildiana
;
Erbe,
E. berteroana
;
Ptin,
P. indicus
;
Glse,
G. sepium
;
Segr,
S. grandiflora
;
Inve,
I. vera
;
Caho,
C.
houstoniana
;
Flma,
F. macrophylla
;
Caca,
C. calothyrsus
;
Ledi,
L. diversifolia
;
Pidu,
P. dulce
;
Acma,
A. mangium
;
Acau,
A. auriculiformis
;
Acan,
A. angustissima
;
Dasi,
D. sissoo
;
Coar,
C. arborea
;
Adpa,
A. peregrina
;
Caja,
C. javanica
;
Orkr,
O. krugii
;
Inno,
I. nobilis
.
Tukey, α=0.05, DMS= 0.78, datos originales. Las barras representan el error estándar de la
media.