Editorial

A final del primer cuarto del siglo XXI, la República Dominicana, se abocará a la apertura de su mercado de alimentos agropecuarios a los países suscriptores del acuerdo de libre comercio entre Estados Uni-dos de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe. Mientras el tiempo avanza, esfuerzos reales deben realizase a fin de que el sector agropecuario nacional esté preparado para competir ante países que reconocieron en la investigación agropecuaria y forestal la única alternativa viable y sostenible para disponer de tecnologías conducentes a la transformación de la agricultura, de forma que fuera posible la obtención de productos agrícolas y pecuarios de alta calidad y a precios similares a los existentes en otros países firmantes de este acuerdo.

Siempre se ha reconocido la vocación y el potencial agrícola, pecuario y forestal de la República Do-minicana, por la diversidad y calidad de los recursos productivos, como son: el suelo, agua y clima. Sin embargo, carecemos de planes adecuados para el crecimiento y desarrollo agropecuario, siempre fun-damentados en el interés general de modernizar nuestra agricultura para abastecer el mercado interno y posicionar nuestra producción en los mercados internacionales. Con el poco interés que ha exhibido el Estado Dominicano, durante las últimas tres décadas, por ordenar y mejorar la generación y transfe-rencia de tecnología agropecuaria y forestal, dado que los componentes bióticos y abióticos del sistema agrícola, pecuario y forestal son dinámicos y ante la realidad del cambio climático, a menos que cambie la situación actual, no se avizora un futuro halagüeño para el sector agropecuario y forestal nacional.

La SODIAF, institución fundada para trabajar por el fortalecimiento del Sistema Nacional de Investiga-ción Agropecuaria y Forestal, creado mediante Ley 251-12, cuyo reglamento está elaborado y dos años después no ha sido ratificado y decretada la puesta en vigencia de la ley, ante la situación descrita llama a la reflexión sobre la delicada situación que vive el sistema de generación y transferencia de tecnología en el sector agropecuario y forestal. Pues, las precariedades institucionales evidentes conllevaran a un colapso, evitable, si los representantes del Estado Dominicano ante el campo, entendieran que la ob-tención local de tecnologías es necesaria para la sobrevivencia, modernización y desarrollo de nuestra agricultura. La minimización del servicio oficial de investigación y la débil regulación de la participación de otras instituciones en el desarrollo de tecnologías en la agricultura, representan una amenaza para la sostenibilidad y competitividad de la agricultura dominicana ante la apertura total de nuestro país res-pecto a otros países signatarios del acuerdo de libre comercio en la agricultura.

Como es nuestro deber, ante esta situación, la SODIAF, continua aportando para ayudar a mejorar la competitividad de nuestra agricultura, dejando a disposición de la comunidad científica dominicana, de todas las instituciones del SINIAF y del sector agropecuario y forestal en general, el volumen 3 de la Revista Agrícola, Pecuaria y Forestal (Revista APF), edición que contiene varios artículos científicos de interés sobre relevantes tópicos de investigación en la agropecuaria nacional.

Nuestra sociedad científica agradece el esfuerzo y dedicación de los investigadores autores de los diferentes artículos incluidos en este volumen. Así como al Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF), Consejo Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (CONIAF), así como al cuerpo de editores, cuyo apoyo institucional y trabajo realizado hace posible esta edición de la Revista APF.

 

Doctor Jesús María Rosario Socorro, MSc.
Presidente de la Junta Directiva SODIAF 2012-2014