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Revista Agropecuaria y Forestal APF
1(1): 15-20. 2012
Mineralización de nitrógeno en enmiendas
orgánicas en condiciones de laboratorio
1
Glenny López Rodríguez
2
*
y Juan Hirzel Campos
3
El uso de enmiendas orgánicas contribuye a mejorar las propiedades del suelo, a aumentar el contenido de
materia orgánica y, por ende, a aumentar la calidad y fertilidad del suelo. El objetivo de la investigación fue
evaluar la mineralización de nitrógeno (Nmin) en suelo enmendado química y orgánicamente en condiciones
controladas. El ensayo se realizó en el laboratorio del Centro Regional Quilamapu, INIA, Chile. Se utilizó
un diseño experimental en bloques completos al azar con cuatro repeticiones. Los tratamientos fueron: un
control (SF), fertilización convencional (FC, en mezcla de urea, superfosfato-triple y cloruro de potasio),
bioestabilizado de cerdo (BC), guano de pavo (GP) y guano de broiler (GB). Las muestras se incubaron a 25
°C y la humedad se controló por pesada. Las evaluaciones se realizaron desde cero hasta las ocho semanas.
Los resultados muestran que GP y FC fueron estadísticamente superiores a GB, BC y SF (p≤0.05). El N
inorgánico mineralizado acumulado en GP y FC fueron 157 y 146 mg kg
-1
,
respectivamente. El uso de
guano de pavo como fertilizante constituye una fuente adecuada de nitrógeno, carbono y otros nutrientes.
Palabras claves
:
Mineralización, nitrógeno, suelos, enmiendas orgánicas
1
Aceptado para publicación el 1/09/2011
2
Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales- IDIAF- Centro Norte (República Dominicana)
3
Instituto de Investigaciones Agropecuarias- INIA- Centro Regional Quilamapu (Chile). *Autor responsable:
INTRODUCCIÓN
El uso de enmiendas orgánicas como fuente
nutricional es una práctica recomendada en la
agricultura a nivel mundial (Rynk 1992, Cooper-
band 2000). Esta práctica se ha intensificado en
Chile durante los últimos años por sus beneficios
en relación al reciclaje de nutrientes, principal-
mente nitrógeno (N), y como posible solución al
problema de acumulación en distintas zonas de
producción (Hirzel 2009).
El N, junto con el agua, es considerado como uno
de los factores limitantes más comunes y como
uno de los elementos esenciales en los cultivos.
Eso se debe a que forma parte de compuestos
fundamentales como ácidos nucleicos, proteí-
nas y clorofila, necesitándose, principalmente,
en los tejidos vegetales en crecimiento (Zagal
et
al
. 2003).
El N del suelo, originalmente se deriva
del gas N atmosférico (N
2
).
Los microorganismos
del suelo (de vida libre o asociados por simbiosis
con plantas) forman N orgánico del grupo amino
(
NH
2
)
en las proteínas. Este N pasa a formar par-
te de la materia orgánica del suelo (Stevenson y
Cole 1999).
Cuando se aplican enmiendas orgánicas al sue-
lo, el N orgánico que estas contienen se minerali-
za (N inorgánico) mediante procesos de amonifi-
cación (transformación en amonio) y nitrificación
(
amonio se transforma en nitrato). Parte de este
se inmoviliza en la biomasa microbiana y otra
se pierde por denitrificación y volatilización (Ste-
venson y Cole 1999). Las enmiendas orgánicas
ejercen influencia positiva sobre el suelo, debido
a que favorecen la retención de agua, mejoran
su estructura, capacidad tampón, capacidad de
intercambio catiónico, capacidad de quelación
e incrementan la disponibilidad de nutrientes
(
Cadahía
et al
. 2000),
principalmente del N que,
como es conocido, es el nutriente más requerido
en la producción de los cultivos. En los suelos
enmendados. la disponibilidad de N puede ser
evaluada con ensayos de mineralización, permi-
tiendo a su vez estimar la liberación y el riesgo
potencial de pérdida de N de los ecosistemas,
según predomine en sus formas de nitratos o
amonio (Briceño
et al
. 2002).