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Revista Agropecuaria y Forestal APF 1(1): 36-40. 2012
para animales, como se ha visto en el inciden-
te de los pollos belgas. Una mayor información
acerca de este suceso se encuentra en el traba-
jo elaborado por Bernard
et al.
(2002).
Los animales ingieren proporciones variables
de dioxinas provenientes, principalmente, de los
pastos contaminados o de piensos que hayan
sido expuestos a los contaminantes, que se acu-
mulan en el tejido graso o bien son vehiculados a
través de la leche o los huevos. Así por ejemplo,
en un estudio realizado en Francia, bovinos de
leche que pastan en sitios alejados de actividad
industrial manifestaron niveles “habituales” de
dioxinas de 1 ng /kg de grasa, en comparación a
bovinos que pastan cerca de áreas industriales
generadoras de dioxinas que alcanzaron niveles
alarmantes de dioxinas de hasta 15-30 mg /g de
grasa (Gallego
et al.
2005).
Por otro lado, el con-
tenido de dioxinas en huevos alcanzó niveles ex-
perimentales de hasta 305 ng/kg de grasa, con-
centrándose en la yema de huevo (Pirard and
De Pauw 2005), en tanto que a nivel comercial
se encontraron huevos con hasta 150 ng/kg de
grasa (Gorrachategui 2001).
Algunas publicaciones (Mateus
et al.
2007,
Cho-
que-López 2008, Choque-López
et al.
2008(
a),
Choque-López
et al
. 2008(
b)) evalúan los rendi-
mientos productivos y la digestibilidad de la ma-
teria grasa en pollos alimentados con piensos
que contenían materias grasas contaminadas
con dioxinas y PCB. Niveles de contaminación
de WHO-TEQ PCDD/F + DL-PCB de hasta 1.75
pg/g aceite, no se tradujeron en diferencias sig-
nificativas en los principales indicadores produc-
tivos tales como ganancia de peso o el índice de
conversión alimenticia. Paralelamente, la diges-
tibilidad de la materia grasa solo fue influenciada
(
P<0.05), en animales jóvenes, no mayores de
16
días de edad.
En determinaciones realizadas por Ábalos
et al.
(2008)
en el marco del proyecto europeo Feeding
Fats Safety (
, el tejido muscu-
lar de pollos y conejos alimentados con piensos
contaminados con dioxinas y PCB alcanzó nive-
les totales de WHO-TEQ PCDD/F + DL-PCB de
hasta 16.71 pg/g de grasa y de hasta 3.54 pg/g
de grasa, respectivamente para cada especie.
De este total, 0.407 pg/g de grasa correspon-
dían al 2,3,7,8-TCDD, en el caso de los pollos, y
0.115
pg/g de grasa, en el caso de los conejos.
Los piensos fueron elaborados añadiendo aceite
de pescado comercial contaminado. Los autores
concluyen que las muestras de tejido muscular
de los pollos podrían exceder el nivel máximo
de WHO-TEQ PCDD/F + DL-PCB de 4 pg /g de
grasa, establecido por la Comisión de la Unión
Europea (Directiva 2006/13/CE, 2006).
Los lechos marinos contaminados influyen ne-
gativamente sobre los seres vivos que compo-
nen su cadena trófica. De esta manera (tal como
se muestra en la Figura 3), tanto el fitoplancton
como el zooplancton contaminan a los peces u
organismos marinos que los consumen (Bell
et
al.
2006),
muchos de los cuales son especies in-
cluidas en la cadena alimentaria humana. Existe
un gran riesgo de exposición a partir de peces u
otras especies marinas, principalmente en paí-
ses en los que el consumo de productos marinos
constituye gran parte de su dieta.
Las dioxinas y PCB pueden ingresar en el orga-
nismo a través de la piel (absorción cutánea), por
vía respiratoria (inhalación en forma de gases) o
por vía digestiva, asociadas a moléculas grasas,
siendo esta la principal vía de entrada. La inges-
tión de dioxinas a través del alimento constituye
entre el 80 y el 95 % de la incorporación total en
el ser humano. La exposición como consecuen-
cia de inhalaciones o el contacto con la piel es
menor a 10 % (Gorrachategui 2001, Tard
et al.
2007)
y no se ha demostrado que representen
un riesgo potencial. Hay evidencias que sugie-
ren una mayor exposición a las dioxinas en per-
sonas que viven en países más industrializados
(
Schecter
et al.
2006).
Tras la ingestión, las dioxinas y PCB presentan
poca o nula digestión en el tracto gastrointesti-
nal. Esto se basa en el hecho de que poseen una
elevada estabilidad química, que las constituye
en un mal sustrato para las enzimas digestivas.
PCDD y PCDF cuyos átomos de hidrógeno fue-
ron sustituidos por átomos de cloro en las posi-
ciones 2, 3, 7, y 8 son los compuestos que se