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Revista Agropecuaria y Forestal APF 2(1): 1-8. 2013
con el propósito de conocer su comportamiento
y adaptabilidad con relación al rendimiento y sus
componentes, en las áreas representativas de
siembra del cultivo, Turrialba
et al.
(2004).
La caracterización ambiental nos permite de-
finir estrategias de selección en los programas
de mejoramiento genético. La evaluación de lí-
neas en diferentes condiciones, contribuye a de-
terminar apropiadamente su potencial genético,
productivo y la estabilidad fenotípica (Castañón
1994,
Glaz y Kang 2008). Cuando se realizan
evaluaciones en diferentes ambientes, se expre-
sa la interacción genotipo x ambiente (G x A), la
cual afecta el comportamiento de la planta, difi-
cultando la selección de los genotipos superio-
res. Al estudio de este fenómeno es necesario
integrar los conceptos de adaptabilidad y estabi-
lidad, para definir el comportamiento de genoti-
pos (Camargo 2005). La adaptabilidad se refiere
a la capacidad de los genotipos de aprovechar
ventajosamente los estímulos del ambiente y la
estabilidad es la capacidad de los genotipos de
mostrar un comportamiento altamente previsi-
ble en función del estímulo ambiental (Lin
et al.
1986,
Lin y Binns 1994).
Los efectos principales del genotipo (G), el am-
biente (E) y la interacción genotipo x ambien-
te, han sido estudiados para estimar y definir
la estabilidad de cultivares (Yan y Tinker 2005,
Gauch Junior 2006, Glaz y Kang 2008). El geno-
tipo ideal debe tener baja interacción G x A y alto
rendimiento promedio en todos los ambientes.
La mayor adaptación de un cultivar a condicio-
nes de lluvia, con bajo coeficiente de regresión y
rendimiento cercano a la media, es un indicador
de buena adaptación (Alfonso 2005).
Estudios realizado por García
et al
. (2004),
en-
contraron que el genotipo CT9162-12-15-1P-2-
M fue el más estable en rendimiento en un gru-
po de 15 que fueron evaluados. En Ecuador, el
INIA (1996) evaluó 13 líneas y tres variedades
testigos, en dos ambientes diferentes, y encon-
tró que el rendimiento, el ciclo vegetativo y la al-
tura de planta se comportaron diferentes en los
ambientes. Los componentes del rendimiento,
como panícula por m
2
,
espiguillas por panícula,
fertilidad de las espiguillas y peso de 1000 gra-
nos, también verificaron cambios significativos
con relación al ambiente.
En la República Dominicana, Flores
et al. (
2008)
encontraron que el número de panículas por m
2
y la fertilidad de las espiguillas presentaron dife-
rencias estadísticas en Esperanza, pero, fueron
iguales en Juma y El Pozo; mientras que el peso
de 1000 granos y el número de espiguillas por
panícula no presentó diferencia a través de los
ambientes.
Los componentes químicos del grano también
pueden ser afectados por el ambiente. Boa
et al.
(
2004)
encontraron que el contenido de amilosa
y la consistencia del gel, presentan interaccio-
nes significativas con el ambiente, de igual ma-
nera, el grado de viscosidad y adhesividad. Los
resultados de investigaciones regionales obteni-
dos por Campos (1999), en cinco localidades de
Costa Rica, indican una alta interacción genotipo
ambiente con relación al rendimiento y a la pre-
sencia de enfermedades, tales como: Pirycularia
y Rizoctonia. En la República Dominicana, Flo-
res
et al. (
2008)
y Trinidad y Rosario (2008) en-
contraron rendimiento promedio de 7000 y 9800
kg.ha
-1
en los ambientes de Esperanza, Valver-
de y La Herradura, Santiago, rendimientos es-
tadísticamente superiores a los encontrados por
Fabián y Pichardo (2008) en la localidad de El
Pozo, María trinidad Sánchez (4600 kg.ha-
1
).
Con relación al comportamiento de la fertilidad
de las espiguillas, Trinidad y Rosario (2008) y
Pujols y Rosario (2008), encontraron que en La
Herradura, Santiago, fue de 10.5 y 8.3 %, res-
pectivamente, estadísticamente superiores a las
encontradas por Fabián y Pichardo (2008), en la
localidad de El Pozo, Nagua (22.5 %). En otro
estudio realizado por Arias
et al. (
2001),
deter-
minaron que ‘Juma 67’ fue la mejor variedad en
rendimiento y número de panículas por m
2
en
Esperanza y Angelina, Sánchez Ramírez, pero
la variedad ‘PA 24’ tuvo un mejor rendimiento
en Nagua, en tanto que la línea J1099-10 rin-
dió más en Esperanza y Juma. El estudio reveló,
además, que el rendimiento de arroz entero fue
inferior en El Pozo con relación a las demás lo-
calidades, para todos los genotipos evaluados.